Sharon Jones puso a todo el Palau de la música en pie, literalmente. Y es que esta dama del soul ofreció un recital emocionante y redondo desde el momento en que puso el tacón en el escenario fundiéndose con un fiel público que no paró de bailar y cantar en toda la noche.
El concierto empezó con los Dap-Kings acompañados de las coristas Saundra Williams y Star Duncan, que cantaron tres temas entre los que destacamos Hot Shot. Soberbias y enérgicas se metieron a la audiencia en el bolsillo. Después de caldear el ambiente, apareció una Sharon Jones recuperada del cáncer y con más energía que nunca. Se le notaba en los ojos que estaba emocionada y agradecida de poder volver a la palestra. Rezumaba vida por los poros y eso impresiona.
Empezó con Retreat! del álbum Give the people what they want, del cual también interpretó Slow Down,Love entre otras, aunque repasó todos sus éxitos con canciones como 100 Days, 100 Nights o if you call. Saltó, corrió de lado a lado del escenario y abrazó y se dejó abrazar por un público que la veneraba por su gran talento pero sobretodo por su excelente calidad humana. Memorable cuando habló de como cambió el sentido de Get Up and Get out tras conocer que tenía cáncer. Emocionante cuando la vimos pisar el suelo con fuerza como si expulsara el cáncer de su cuerpo. Cautivador a la par que catártico, uno de los grandes momentos del concierto.
Y es que para mi lo que diferencia un buen concierto de uno excelente es la capacidad de provocar algún sentimiento, ya sea bueno o malo. Y esto Sharon lo consigue, y todos y cada uno de los Dap-Kings. Una noche perfecta que finalizó con un escenario hasta la bandera de gente bailando en comunión con los Dap-Kings y una Sharon Jones que no escatimó en atenciones y abrazos. Fue bellísimo ver gente de todas las edades y condiciones celebrando que tenemos Sharon para rato.
Crónica y Fotos: Lulu Voodoo