[CRÓNICA + FOTOS] Viaje a la oscuridad: Circuit des Yeux + Whitney Johnson (Matchess) en Caprichos de Apolo

01/05/2018. Sala Apolo, Barcelona. Promotora: Caprichos de Apolo. Fotos y texto: Rosario López.

El ciclo Caprichos de Apolo sigue dándonos alegrías. En este caso en uno de los días más difíciles del año, en pleno día del trabajador, lo que hizo mella en la asistencia a la sala grande del Apolo a pesar de estar ante uno de los proyectos más interesantes de la presente edición. Por suerte cantidad no significa calidad y los que estábamos allí supimos en seguida que la noche iba a ser memorable.

Con la sala sumida en las tinieblas, la cantautora Whitney Johnson hizo los honores con la música de Matchess, su proyecto en solitario. Minimalismo, delicadeza y su violín surcando la noche ante la frágil llama de una vela: el mejor preludio posible para lo que estaba por venir.

El directo de Circuit des Yeux es un rara avis musical que tiene mucho de viaje, si bien hacia donde dependerá de cada uno de nosotros al escucharles, al presenciarles. Dicen que Haley Fohr, la cantautora de Chicago tras el misterioso nombre francés de la banda, se inspiró para su último disco, Reaching for Indigo, en una época de su vida en que por problemas de salud, además de encontrarse físicamente débil, veía los colores con una intensidad que le resultaba dolorosa. Quizá en un afán porque sintiéramos lo que ella sentía, a Haley apenas se la intuía, una silueta negra recortada contra una pantalla en la que se proyectaban formas y colores que se difuminaban y desaparecían, como si nunca hubieran existido, cada vez que empezábamos a intentar descifrarlos. Pasada la sorpresa inicial, ya inmersos en la ceremoniosa Brainshift, su increible voz de barítono, que parecía surgida de otro mundo, actuaba como el faro perfecto al que seguir, la tabla de salvación a la que agarrarse con ambas manos para navegar por la noche. Una noche para flotar con el vals oscuro de Black Fly, para dejarse caer sobre el crescendo final de Paper Bag, para saltar de violín al contrabajo por encima de un colchón de sonidos indescifrables pero a la vez extrañamente familiares.

No sé en qué casilla se atreverán los críticos a meter a esta curiosa experiencia, a ese sonido que era como un ser vivo, cambiante, complejo, esquivo: retro e increiblemente moderno a la vez, raro y romántico, experimental, oscuro. Yo no osaré hacerlo. Después de vivirlo en primera persona solo puedo decir que salí transformada por la experiencia, que salí de la Apolo muy lejos de por donde había entrado. Bendita sea la extrañeza.



 

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About Rosario López

Autodidacta, su pasión por la música y la fotografía desde que tiene uso de razón ha desembocado en su especialización como fotógrafa de conciertos. Empezó a inmortalizar momentos decisivos desde el foso para varias publicaciones online en 2008. En 2013 fundó Flashes And Sounds para dar rienda suelta a su pasión por el periodismo musical. Cree en las fotos que se pueden escuchar.
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