Colfax es una de esas pequeñas joyas delicadas que ansias proteger y disfrutar en un lugar especial. The Delines nos la presentaron el pasado miércoles 16 de septiembre, dentro del siempre magnífico ciclo de Caprichos del Apolo. Una experiencia extrasensorial que nos mantuvo con los pies elevados del suelo durante toda la noche.
The Delines es el intimista proyecto del novelista y líder de the Richmond Fontaine, Willy Vlautin, con el batería de la misma formación, Sean Oldham. Se les une la vocalista Amy Boone, de The Damnations, Cory Gray al piano y a la trompeta y finalmente Freddy Trujillo, que dedicó a Freddy Fender un tema.
La voz de Amy Boone se va enredando dulcemente hasta que te ves atrapado en un torbellino de emociones que te sacude y te mece hasta la extenuación. Temas como Colfax Avenue, The Oil Rigs at Night preparan el terreno.
Y ya con I won’t slip up o He don’t burn for me, despliega toda su magia hasta el punto que no puedes dejar de mirar y te das cuenta con los ojos humedecidos en lágrimas que algo se rompe en tu interior, pero a pesar de ello tu sonrisa permanece intacta. Con I got my Shadows dejé de respirar por unos segundos, soltando poco a poco el aire que atesoraban mis compungidos pulmones. Fue una experiencia desgarradóramente bella.
Otro de mis instantes preferidos fue Rudy, la canción que Vlautin le dedicó a su caballo y que nos consiguió sacar una cómplice sonrisa sin perder la magia que se formó en la sala 2 del Apolo.
Crónica y Fotos: Lulu Voodoo
