Con Josh Tillman, alias Father John Misty, cuesta ser objetivo. La reputación de su persona escénica le precede, y muchos aún recordamos la primera vez que estuvimos en un concierto suyo con el mismo cosquilleo adolescente y la misma idealización de quien recuerda el primer amor de instituto.
Y la cuestión es que hay que tener mucho carisma para hacer que nos sintamos como esa primera vez una y otra vez, aunque ya conozcamos sus recursos escénicos, pero Josh lo tiene. Tiene lo que sea que hay que tener para adornar con sentido del humor y movimientos de caderas lo que en otros artistas podría resultar simple exceso o un arranque cursi. Tiene ese algo que le conecta a grandes showman como Jarvis Cocker o Brett Anderson en sus momentos más inspirados. El sábado presentaba en Razzmatazz su nuevo disco, Pure Comedy, y convertido en amo absoluto del escenario, lo que nos ofreció fue una generosa muestra de puro carisma.
Todo encarnado en un setlist tan variado como irresistible, y por eso lo mismo daba para que Josh se pegara sus míticos bailecitos o se lanzara de rodillas al suelo, gimiendo herido de amor, como para que nos susurrara guitarra en alto con el tono sesentero de Real Love, Baby. El reverendo John Misty nos volvió a convertir a su culto, mediante esa ceremonia marca de la casa en la que el folk más descarnado se combinaba con piezas más rockeras, con toneladas de ironía y (no nos vamos a engañar a estas alturas) un encanto irresistible. Así da gusto volverse a casa, con mariposas en el estómago como si fuera la primera vez.
Una ofrenda a la belleza hecha concierto, empezando ya con la artista invitada escogida para la ocasión, Natalie Mering, más conocida por su sobrenombre, Weyes Blood. Traía una muestra de las canciones de su nuevo disco, Front Row Seat To Earth, el cuarto de su carrera. Sus nuevas composiciones (¿o deberíamos decir confesiones?), como Seven Words o Be Free, aúnan puntos tan distantes como el folk o el pop de cámara, sin perder las coordenadas de su personal voz y su talento al escribir letras que parece que te acarician.
