Los escoceses Franz Ferdinand escogieron Barcelona para poner el punto y final el sábado pasado a la gira europea de presentación de su último disco, Right Thoughts, Right Words, Right Actions. Una demostración de savoir faire y energía desbordante que demostró que Alex Kapranos y los suyos cada vez ponen el listón más alto respecto a lo que es un gran concierto de rock.
El show empezó con Bullet y cerró con la apropiada Goodbye Lovers And Friends, ambas del nuevo álbum, pero contó con un setlist variadísimo que también miró a sus grandes éxitos y joyas del pasado sin pudor y las defendió con el ahinco y la pasión de la banda que defiende algo que acaba de componer y se muere de ganas de compartirlo con el mundo.
Así, el público excitadísimo que llenó hasta la bandera el Sant Jordi Club (fue sold out) hizo temblar los cimientos de la sala con sus saltos en hits como Take Me Out, Darts of Pleasure o (sobretodo) Do You Want To. La banda demostró que sus años de experiencia sobre las tablas les han llevado a un auténtico estado de gracia, ya fuera animando al personal con su simpatía, haciendo stage diving (Nick se lanzó a las primeras filas guitarra en mano y sin dejar de tocar, para éxtasis colectivo), regalándonos una “batucada” a ocho manos duante los bises, o bajando al foso a despedirse de sus fans en persona antes de marcharse.
Quizá esa sea la mayor grandeza de este grupo, lo cercanos y humildes que son con su público y lo aparentemente fácil que hacen que parezca que cuatro mil personas se unan instantáneamente a su espíritu de fiesta.
CRÓNICA Y FOTOS: ROSARIO LÓPEZ