[CRÓNICA + FOTOS] La Santísima Trinidad del after-punk: Eyaculación Post Mortem + Kante Pinrélico + Los Carniceros del Norte

2013-11-22_Eyaculación Post-Mortem_8543_SEl pasado 22 de noviembre se celebró en la sala Salamandra una cita imperdible para los amantes del post-punk: el concierto de La Santísima Trinidad del After-Punk reunió a Los Carniceros del Norte, Kante Pinrélico y Eyaculación Post-Mortem.

Los Carniceros del Norte descargaron un visceral directo basado en sus discos homenaje a Poe y a los mejores títulos del cine de terror clásico, combinado con proyecciones de las escenas más míticas de las películas. Con una gran puesta en escena y una actitud envidiable, para mí fue el grupo más completo de toda la noche. El concierto tuvo grandes momentos, aunque mi favorito fue durante la actuación de Hotel Overlook, con Txarly Usher encaramado sobre el stand de la batería cantando Wendy vida mía, ábreme la puerta, las gemelas quieren sangre. Aunque la versión final de Unidos, de Parálisis Permanente, le fue a la zaga. 

Kante Pinrélico, veteranísimo grupo de Cartagena, tomó el relevo ante un público muy muy punk que hacía pogo sin parar tomando al asalto la mayoría de la sala. A Pepe, su cantante, se le veía pletórico y muy comunicativo con sus “fieles” entre canción y canción, y en medio de un clima de “concierto de banda de culto” cayeron temas míticos como Ladrón de Cadáveres, La puta de Satán o Doctor Jekyll. Quizá no sean el grupo que más se mueve sobre el escenario (más bien al contrario), pero poco pareció importarles a los presentes, que enloquecieron con sus canciones.

Por último, la noche la cerraron Eyaculación Post-Mortem, héroes locales del post-punk al que un nutrido y entusiasta público, bastante más siniestro que el que vimos con el grupo anterior, esperaba ansioso con ganas de desfasar. Esta vez la banda contaba con batería en directo y se notó un montón en temas como Quiero ser párroco y Transilvania, que sonaron con más mala leche de lo ya habitual. Su actuación cerró la noche con una mezcla infernal de vendas ensangrentadas, ritmos frenéticos, melodías de ultratumba arrancadas del theremin, provocación, momias y “sangre” vertida sobre el público sin piedad alguna.

FOTOS Y CRÓNICA: ROSARIO LÓPEZ

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