El pasado lunes 16 de diciembre, Dregen presentó en Razz 3, en Barcelona, su primer álbum en solitario. El guitarrista de bandas tan emblemáticas de la escena rock escandinava como los Backyard Babies o los Hellacopters demostró una vez más que quedan pocas rockstars genuinas capaces de conjugar talento, virtuosismo y actitud como él.
Carismático como siempre, subió al escenario para ofrecer hora y media de rock con influencias del punk-rock de los setenta e incluso del blues rural a lo John Lee Hooker. No hay duda que estamos delante de uno de los guitarristas más enérgicos y pasionales del panorama rock. Abrió la velada con Divisions of me, a la que siguió el primer single Just like that y repasó todo el álbum de debut.
No faltaron temas de los Backyard Babies como las potentes Star War y Minus Celsius, donde quedó patente lo mucho que echamos de menos a la banda que realizó uno de los mejores discos del género de la segunda mitad de los 90, Total 13. Los fans de su etapa con los Hellacopters pudimos enloquecer y saltar hasta fundir las botas con temazos de la fuerza de Soulseller o (Gotta get some Action) Now!, hits elevados a la categoría de himnos del rock.
De su debut cabe destacar Gig Pig, Pink Hearse o para mí la que es la mejor canción de todo el álbum, Flat Tyre on a Muddy Road: puro blues sucio y oscuro. Un tema que cautiva, te roba el alma desde el primer acorde y te invita a cerrar los ojos y bailar como si el demonio se metiera dentro de tí. El dulce Satan invade tus entrañas y tu solo puedes dejarte llevar y perderte en un vaivén de música, alcohol, devoción y sudor mucho sudor, marcado por un riff seductor a la par que adictivo. Fue en ese tema donde Dregen y la excelente banda que lo acompaña en la gira mostró todo su virtuosismo y dominio instrumental. En todo el concierto se hizo patente la intensidad y buena comunicación que tienen, y es que más allá de la calidad que tienen juntos en escena, se nota que por encima de todo que lo pasan en grande en el escenario y esto se contagia.
Así pues, nos encontramos a un Dregen ya en la cuarentena que ni ha perdido el sex appeal ni la fuerza, ni presencia escénica. Todo un animal de escenario desde el instante cero hasta el final, hiperactivo y eléctrico. Un cocktail molotov de personalidad, carácter, sexo, rock ‘n roll y mucho Jack Daniels. That’s Rock and Roll Babies!
Crónica: Lulu Voodoo
Fotos: Rosario López Photography