[CRÓNICA + FOTOS + VIDEO] Sin límites: LONG DISTANCE CALLING, JUNIUS y WOLVES LIKE US en Barcelona

S_Long Distance Calling_7373_GuitarristEl pasado 12 de febrero nos trajo uno de los carteles más prometedores en lo que va de año para los amantes del rock instrumental: los alemanes Long Distance Calling llegaban a Barcelona en su gira conjunta con Junius y Wolves Like Us.Ante una sala aún con un modesto público, la primera banda en tocar era Wolves Like Us. Los noruegos nos ofrecieron una buena descarga de su mezcla de hardcore y sludge, presentando algunos temas de su nuevo disco, Black Soul Choir, que saldrá a la luz en marzo. Demostraron ser una banda cuyo sonido se crece un directo, con dinámicas interesantes, una sección rítmica muy cañera y riffs con mucho gancho. El único contrapunto fue la afonía que sufría su vocalista, que compensaron echándole ganas y descaro a su breve actuación.

A continuación llegó el turno de Junius. Éramos muchos los que nos habíamos quedado con las ganas de verles en 2012, ya que tenían que haber venido con Katatonia y Alcest de gira pero por una avería en el bus de gira se canceló aquel concierto.

Esta vez supieron recuperar el tiempo perdido y de qué manera, ofreciendo el mejor concierto que les he visto hasta la fecha. Superados algunos leves problemas de sonido iniciales durante la preciosa Hiding Knives, nos ofrecieron un setlist en que se combinaron las canciones de su nuevo EP,  Days of the Falling Sun, con certeras miradas atrás para repasar algunos de los temas más característicos de su discografía anterior. En The Time of Perfect Virtue la característica voz de su cantante Joseph ya se distinguía con más claridad, y capaz de las armonías más delicadas y de los rugidos más inesperados, causó las primeras exclamaciones de sorpresa entre el público. Sus melodías están perfectamente arropadas por una contundencia y pasajes ambientales instrumentales que nada tienen que envidiar a los grandes del post-metal. Pura épica.

Battle In The Sky y Forgiving The Cleansing Meteor  son verdaderos tour-de-force en los que demuestran la enorme creatividad e impacto emocional de una propuesta única en su especie a día de hoy. Se llevaron las mayores ovaciones de la noche, junto con In the Hearts of Titans y A Word Could Kill Her, joyas atemporales de su imaginario capaz de llevarte a otros mundos. Han crecido muchísimo como banda desde que les vimos teloneando a GIAA en Bikini allá por el 2010, y se les ve cómodos en su piel, conscientes de sus bazas y defendiendo sus canciones con uñas y dientes. Nos morimos de verles con más tiempo y como cabezas de cartel en un futuro.

Dispuestos a cerrar la noche por lo alto, Long Distance Calling llegaban como cabezas de cartel para presentar su último disco, The Flood Inside, que les ha visto incorporar a sus filas un vocalista, Martin Fischer, que también se ocupa de los teclados y de disparar todo tipo de efectos sonoros.

Aún así, curiosamente en esta gira la banda tiene dos gestos que parecen insistir en que su esencia es puramente instrumental y que el protagonismo lo tienen las cuerdas. En primer lugar, Martin quedaba atípicamente en un segundo plano, situado al fondo del escenario como si fuera un instrumento de acompañamiento más, lejos del protagonismo que suelen tener los cantantes en las bandas con voces; en segundo lugar, su actuación la estrenaron con dos de los buques insignia de su sonido clásico totalmente instrumental, Into The Black Wide Open y I Know You, Stanley Milgram!

Y en esos primeros minutos del concierto con semejantes dos bombazos, ya dejaron claro que el grupo es una máquina perfectamente engrasada: ni una nota fuera de sitio, ritmo e intensidades en perfecta armonía como si fuera un juego de niños.

Tan sobrados a nivel técnico están, que da igual la complejidad de la pieza que toquen, siempre hay un momento para animar al público a que hagan palmas, chocar manos en las primeras filas o tener gestos divertidos los unos con los otros. Este factor lúdico y esa cercanía es uno de los grandes atractivos del grupo en mi opinión, siempre ofrecen actuaciones desenfadadas y demuestran que la puesta en escena en géneros afines al post-metal no está reñida con, vamos a decirlo claramente, las sonrisas y el buen rollo.

Del nuevo disco cayeron Inside The Flood, en la que Martin intervino por primera vez, en muy buena forma vocal por cierto, The Man Within y Ductus, rompepistas del metal en toda regla con esas guitarras pegadizas que hace que uno se eche a bailar, sí, bailar, sin remedio. Enlazaron con la magistral Black Paper Planes y la gente ya enloqueció.

Como empeñados en demostrar las muchas caras de su sonido ecléctico, incluso tuvieron momentos para recuperar Aurora, de su primer disco, y Arecibo. Pura emoción, Metulsky Curse Revisited fue el último cartucho, casi innecesario porque nos habían disparado al pecho desde la primera canción. El límite de esta banda es el cielo.

Crónica y fotos: Rosario López
Videos (a continuación): Osukaru Syberia

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