[CRÓNICA + FOTOS] Sudor y cerveza: RED FANG arrasan en la Bikini

SRedFang0510Ya iba siendo hora de ver a Red Fang por aquí como cabezas de cartel. Hasta ahora siempre venían a Barcelona en el marco de festivales, o a la sombra de pesos pesados del metal que habían sabido reconocer su potencial (léase Mastodon). El pasado domingo, y por fin como gran nombre de la noche, nos ofrecieron un bolazo en la Sala Bikini de Barcelona.Lord DyingAbrieron el concierto ante una sala bastante llena Lord Dying,  paisanos de Red Fang y toda una sorpresa con su impactante stoner metal. Todo en su actuación fue aplastante, desde la sección rítmica hasta la confianza de su guitarra principal y la descarga vocal de barítono de su orondo cantante, Erik Olson. Una más que agradable sorpresa teniendo en cuenta que sólo presentaban su disco debut: con semejante directo no es de extrañar que les haya fichado Relapse nada menos.

Lord Dying

La verdad es que de haber podido elegir hubiéramos invertido el orden de los teloneros, porque The Shrine en comparación nos dejaron un poco fríos. Con una propuesta mucho más orientada al rock californiano con tintes de psicodelia, musicalmente no nos acabaron de enganchar. Entretenidos y solventes, pero me atrevería a decir que su propuesta más clásica no será de las que recuerde durante mucho tiempo.

The Shrine

The Shrine

Cuando por fin salieron a escena los protagonistas de la noche la sala era un hervidero. No lo digo por decir: creo que nunca había visto la sala Bikini tan llena de gente, habían abierto incluso la sala supletoria detrás de la barra. Empezaron con paso firme: Dead HankVoices of the Dead y DOEN sentaron la tónica para la gran noche de rock que nos esperaba, el grupo desbordaba buen rollo y el público respondió encendido, con los puños en alto y haciendo headbanging.

Red Fang

El sonido parecía estar un poco embarullado en la primera canción, pero en seguida se niveló todo y el concierto sonó contundente como pocos. Entre sonrisas y coñas en el escenario llegó Throw up, uno de los momentos cumbres del bolo, con Aaron Beam en modo showman total, plantándose en el borde del escenario a unos centímetros de nuestras caras y arreándole al bajo como si no hubiera mañana. El frenético final de la canción fue tan duro que lo sentimos físicamente, como una extraña patada en la boca que te deja sonriendo.

Red Fang

No Hope fue el acompañamiento perfecto, sin dejar que la fiesta decayera, y con Dirt Wizard ya se desataron los primeros casos de crowdsurfing del concierto con algún fan volando de lado a lado de la sala.  Malverde sonó oscura y pesada como pocas, con la guitarra de con un Bryan Giles en estado de gracia vocal, y demostró que los de Portland aportan mucho más que videoclips guasones con infinitas coñas sobre la cerveza. Metal y stoner rock de alta gradación que se te sube a la cabeza: tan bueno que gustará incluso a los menos eruditos en el estilo. Ese es el fuerte de estos cuatro y sus directos han ganado enteros con los años, tanto en sonido como en espectáculo. Poca broma con ellos. Red Fang

Crows in Swine dio pie a uno de los grandes momentos de la noche, el single del nuevo disco, Blood Like Cream: un hit indiscutible y perfecto ejemplo del sonido propio y bastardo de mil estilos del grupo, capaz de volarnos la cabeza. Con tanto el grupo como el público sudorosísimos, aún caerían 1516 y la apocalíptica Into The Eye antes de que llegara Wires y con ella se desatara la locura total. El público aullando, fans gordos con aspecto de leñador haciendo stagediving, John Sherman poniéndose en pie para marcar los golpes de la batería como un robot y sobretodo David Sullivan demostrando que es el puto amo a las cinco cuerdas.

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La banda se marchó pero la ovación final no se acababa nunca, así que el bis no podía hacerse esperar mucho más: como extra final Good To Die, y el gamberrismo elevado a la máxima potencia de la acelerada Prehistoric God, con ese RIFF en mayúsculas que te atraviesa el cerebro y se queda en sus oídos para siempre. Puede que el concierto durara una hora justita, pero vista la intensidad que desbordaba, ni eso les podemos echar en cara. Firme candidato a mejor concierto del año. 

Crónica y fotos: Rosario Lopez

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