[CRÓNICA + FOTOS] Toundra despiden (III) en Barcelona

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El pasado sábado Toundra volvieron a Barcelona para dar el concierto de fin de gira de su disco (III). Volvían a visitarnos después de patearse media Europa y todos los grandes festivales habidos y por haber, en la que probablemente sea su gira más maratoniana hasta la fecha.

Al llegar a la sala ya estaba colgado en taquilla el cartel de “entradas agotadas”, y eran bastantes los corrillos de fans cerca de la puerta que se lamentaban porque se habían quedado sin la suya y no podrían entrar. Dentro, ante una sala ya abarrotada, His Majesty The King, dúo también madrileño, rompía el hielo con su power-pop desenfadado. Con sólo batería y guitarra, tenían un directo resultón y me recordaron bastante a unos  Blood Red Shoes más punk, pero me dio la impresión de que su actuación obtuvo una aceptación irregular entre uno público que mayoritariamente parecía tener ya la cabeza y los oídos puestos en sonidos más duros.

Así que fue cuando se hizo la oscuridad de nuevo sobre el escenario y se fueron distinguiendo las primeras notas de Ara Caeli cuando de veras se hizo el silencio en la sala y se palpó la expectación en el ambiente. Había ya muchas ganas de volver a ver a Toundra, la última vez en Barcelona capital había sido a comienzos de año en el AMF y esta iba a ser la primera vez que les veíamos actuar sin Víctor, guitarrista fundador del grupo que anunció su marcha hace unos meses y a quien ahora sustituye el veterano Macón (Adrift).

A Ara Caeli, que comenzó quizá algo más dubitativo de lo normal pero que tuvo un final apoteósico, le siguieron Marte y Cielo Negro, y en seguida Toundra nos recordaron por qué agotan siempre que tocan por aquí, y por qué les queremos volver a ver una y otra vez. Son un perfecto ejemplo de una banda que se deja la piel en el escenario, rebosando energía y actitud desde el primer segundo. No reservan nada, no se andan con medias tintas, simplemente se lo juegan todo a una sola carta.

Su otra gran baza es una colección de canciones sobrecogedoras, que te despiertan emociones que no recordabas ni que tenías. Te llevan del riff más incisivo al punteado más cristalino, todo apuntalado por una sección rítmica sencillamente infalible, y el resultado siempre es el mismo: por mucho que te sepas las canciones de memoria, y que casi rememores en tu cabeza por adelantado los cambios y las melodías, cuando las oigas en directo siempre te seguirán tocando el punto sensible. El tandem de Magreb y Zanzíbar sin ir más lejos fue un perfecto ejemplo: vello de punta total.

Por eso al fin y al cabo daba igual que ésta no fuera precisamente el sitio de mejor acústica donde les hemos podido ver, algo que sobretodo al principio del concierto hizo que no se distinguiera demasiado bien el sonido de las guitarras. Por eso cuando llegó el crescendo final con la sensible Bizancio/Bizantium como momento álgido, la sala ya era una gran masa de gente emocionada, sudorosa y eufórica por haber asistido a otra noche redonda de rock-instrumental. Y ya queremos más.

Fotos y crónica: Rosario López Vídeo: Oskar Syberia http://www.youtube.com/watch?v=zCmt9uBBHf8

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