11/02/2018, Razzmatazz 2, Barcelona. Promotora: Resurrection Fest. Crónica y fotos: Rosario López
Steel Panther volvieron a visitarnos en pleno fin de semana de Carnaval, lo cual ya es garantía de fiesta y disfraces asegurados, y Barcelona respondió con una buena entrada en la sala y todavía más ambiente que en la anterior visita de los angelinos, en 2014. Estaban presentando su nuevo disco, Lower the Bar.
Y tras ver su show entero y disfrutarlo más de lo que esperaba, hay que reconocer que detrás de los speeches llenos de cachondeo y de vocabulario políticamente incorrecto, si uno no se estanca en la superficialidad del atrezzo, de las pelucas y las mayas con estampados animales, se ve que estos tíos hacen lo que hacen muy bien. Sin tomarse demasiado en serio a sí mismos y con numerosas partes del show enfocadas claramente a sus teatrillos y parodias al hard rock, siguen sonando de diez y dando un buen repaso escénico y musial a muchas bandas del género (y a sus egos).
Con Steel Panther hay pose (literalmente), sí, y una cierta sensación de deja vú: si les habías visto en visitas anteriores hubo gags y sketches internos de la banda que sin duda te resultaron muy familiares. Habrá también quien diga que a veces hay más cháchara de la que quizá sea recomendable entre canciones, y que eso le pueda romper un poco al ritmo al concierto sobretodo en su primera mitad, pero su exceso en todos los frentes se ve redimido por la principal razón por la que toda esa fórmula funciona: los cuatro miembros de la banda son, ante todo, muy buenos músicos ya para empezar.
El concierto tuvo muchos momentos divertidos que nos sonsacaron una sonrisa, pero uno de los mejores fue quizá el ver a Satchel, su guitarrista, ganar protagonismo al marcarse un solo muy especial a medio concierto: tocó un medley de grandes éxitos de heavy metal tocando (él solo) la guitarra y el bombo de batería a la vez. La gente se volvió loca.
Hacia el final de la noche (como era de esperar) se subieron muchísimas chicas al escenario a bailar junto a la banda 17 Girls In A Row y All You Can Eat y… no, no fue machista. Más bien el fin de fiesta perfecto, con todo el mundo pasándolo bien y sabiendo lo que hacía y rematado por una Party All Day (Fuck All Night) coreada por toda la sala. It’s only hard rock, but I really liked it.
