El trío más reconocible del rock instrumental actual, Russian Circles, volvieron el 8 de abril a Barcelona, a la Sala Bikini. Los de Chicago volvían a visitarnos de la mano TBC Productions y para presentarnos su nuevo disco, Guidance, editado el año pasado a través de su sello de referencia, los siempre infalibles Sargent House. Y mientras el Barça regalaba a su afición la mítica remotada de Champions, Russian hacían lo mismo a base de atronadoras canciones y puesta en escena impecable en la Bikini. Si su visita anterior nos dejó en cierto modo una sensación agridulce, esta vez demostraron volver a estar en forma. Desplegaron su particular embrujo instrumental con un Brian Cook mandando al bajo con un empuje inusitado, Dave mucho más fino a la batería, haciendo el suelo temblar como de costumbre, y Michael Sullivan a la guitarra con su precisión habitual de cirujano, pero mucho más suelto a nivel de actitud que en otras ocasiones. Vorel, 309, Harper Lewis y Mlàdek despuntaron en un directo sin fisuras que acabaron coronando con el que tenemos claro que es el bis perfecto: una Youngblood enorme que nunca dejará de hacernos vibrar.
¿El único pero de la noche? Que como hacen últimamente, ralentizaran la apabullante Deficit al trasladarla al directo, pero se lo vamos a perdonar porque sabemos (nos lo contó el propio Dave hace años, tras uno de sus conciertos) que es una canción muy dura físicamente, que le deja absolutamente destrozado.
La verdad es que está bien que nos recuerden que pese a todo, son humanos. Porque cuando les vemos desatar su tormenta perfecta como ese pasado 8 de marzo, es fácil olvidarse de ello. Que vuelvan ya.
