16/03/2024 – Depeche Mode. Palau Sant Jordi, Barcelona. Promotora: Live Nation. Fotos: Rosario López. Crónica: Albert Catarina y Rosario López. El idilio eterno de Barcelona con Depeche Mode queda reconfirmado con cada nueva visita de los de Basildon. Pese que no ha pasado ni un año tras su exitoso paso por el Primavera Sound, el fiel público barcelonés no dudó en acudir masivamente a esta nueva cita en el Palau Sant Jordi, que resultó en un lleno total histórico.
La banda llegaba con su último disco, Memento Mori, bajo el brazo, una obra marcada por la pérdida de Andy Fletcher, miembro fundador del grupo, en 2022. Quizá por eso empezaron con la sobriedad oscura de My Cosmos is Mine, de estribillo ominoso, antes de dejar entrar la luz entre el luto con Wagging Tongue (y esa frase demoledora que repetía Watch another angel die). Siendo esta la gira dedicada a una obra con la pérdida personal como tema central, lo que vimos el resto de la noche fue precisamente una puesta en escena que parecía abrazar la vida más que nunca: mi sensación fue que nos encontramos en esta ocasión con un concierto más cálido que los de sus giras anteriores de factura más recientes, sobretodo por la indiscutible camaradería que presenciamos entre Dave y Martin, con más risas y complicidad: una proximidad física que no siempre había sido así de manifesta.
Pero más allá del motivo de esta nueva gira, fueron como siempre los grandes éxitos de la banda los que acapararon (comprensiblemente) la mayor parte del setlist, desde la temprana Walking In My Shoes hasta una Personal Jesus que dieciocho mil acólitos de la banda recibieron con el entusiasmo de quien la está escuchando por primera vez. Es cierto que a algunos nos dolieron un par de ausencias, como la de Waiting for the Night y John the Revelator, que sí sonaron en Madrid (aquí la primera la sustituyeron por la noventera Condemnation), o la magia de Home; pero ¿quién es capaz de quejarse cuando puede seguir presenciando semejante despliegue de carisma y tantas canciones memorables? Con una carrera tan fructífera en lanzamientos y calidad compositiva, siempre hay alguna joya que forzosamente se ha de que quedar fuera.
A excepción de In Your Room y A Pain that I’m Used To, que nos llegaron en formato remix (y con excelentes visuales ambas) la banda desató sus grandes éxitos sobre el escenario apenas sin arreglos, usando solo un sonido contundente y una puesta en escena soberbia en la que Dave Gahan demostró que es el daddy definitivo.
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