[CRÓNICA + FOTOS] Johnny Marr en Barcelona: el genio de las seis cuerdas

27/11/2018. Sala Bikini, Barcelona. Promotora: Live Nation. Crónica y fotos: Rosario López. Hay nombres que se ganan con aparente facilidad un sitio en el Olimpo de los grandes músicos, y ayer en la Sala Bikini tuvimos la oportunidad de ver en acción a quien sin duda alguna es uno de ellos. Johnny Marr es la mente maestra tras los riffs más emblemáticos de las canciones de The Smiths, y quizá el mayor responsable del sonido marca de la casa del grupo. Pero es mucho más que eso: suya es la interpretación de guitarra en la banda sonora de Inception, fundó el supergrupo Electronic y cuenta con dos grandes discos en solitario donde da muestras interminables de su versatilidad estilística. Lo hace todo (también cantar) y todo lo hace bien, y ayer lo pudimos comprobar de bien cerca.

Con la sala a reventar, a Johnny le acompañaba una banda tan eficiente en su interpretación como austera, y hasta la escenografía (un simple foco que le seguía cuando se separaba del micro) a juego estaba pensada para que resaltara algo tan sencillo como poderoso: el infalible dúo formado por Johnny y su guitarra.

El concierto fue una muestra de elegancia y maestría: un setlist variado en el que se alternaron temas de The Smiths, referencias a la discografía de Electronic y sus canciones en solitario, haciendo especial hincapié en las del recientemente estrenado Call the Comet con temas como Hi, Hello;  Get The Message o las atmosféricas Rise y Walk Into The Sea.

Por otro lado, ciertas cosas solo te las puedes permitir cuando eres un grande. Como salirte de la hoja de ruta imaginada por los fans de las clásicas de The Smiths que venían a escuchar sólo los dos grandes éxitos de siempre, y triunfar igual. O como trolear al público tocando las notas iniciales de un This Charming Man que en realidad nunca llegaría a sonar completo. Y que el público, tras el subidón y la bajona de rigor, te perdone la gracia porque le tienes comiendo de tu mano, por todo lo que está sonando, por cómo está sonando y por saber que algo increíble acabará cayendo.

Sí, claro está que Johnny y compañía incendiaron la sala tocando Bigmouth casi nada más empezar el concierto, y que hubo espacio para saborear How Soon is Now,  Please, Please, Please, Let Me Get the One That I Want, y para dejarnos llevar por la melancolía luminosa de There is a Light That Never Goes Out. Pero quizá la grandeza real de la noche fue sacar a relucir The Headmaster Ritual, o acabar con You Just Haven’t Earned it Yet, Baby, que solo parecieron apreciar debidamente los fans de largo recorrido, o celebrar esa oda a la tristeza de la soledad involuntaria que es Last Night I Dreamt That Somebody Loved Me. Esta última fue de las interpretaciones más sentidas de la noche, nos dejó con el corazón en un puño, toda ella elegancia y nostalgia punzante.

Y como comentábamos al revisar el setlist hubo cambios de tercio, muchos e interesantes, pero si hubo una canción en solitario que se hizo valer esa fue, con diferencia, Boys Get Straight, con su pulso acelerado y sus riffs inflamables. Sin duda uno de los momentos cumbres de la noche en lo musical, expectativas nostálgicas aparte. Es lo que tienen los genios, que son grandes ayer, hoy y lo serán siempre.

 

 

 

 

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