[CRÓNICA + FOTOS] Priests + Aloha Bennets en Sidecar: pura electricidad

29-10-2019 – Priests + Aloha Benets. Sala Sidecar, Barcelona. Promotora: Primavera Sound y Extraradio. Fotos y crónica: Rosario López. El punk no está muerto, solo espera latente entre las canciones de bandas que a primera vista no te esperarías. Y si no que nos lo pregunten a los “bien informados” que asistimos al concierto de los estadounidenses Priests en la Sidecar barcelonesa. Si bien ya nos deslumbraron como talento emergente cuando nos los descubrió el Primavera Sound allá por el 2017, en estos dos años han adquirido una madurez sobre las tablas que va mucho más allá del carisma innato de su cantante.

Su nuevo disco, The Seduction of Kansas, podría sugerir que lo de Washington habían rebajado revoluciones y calmado su tempestad interna, en pos de un toque político o más maduro, pero nada más lejos de la realidad. En directo, temas de reciente cuña como Jesus’ Son se crecen y rebelan entre oleadas de distorsión y la actitud avasalladoramente todopoderosa de ese pedazo de show-woman que es Katie Alice Greer. Katie parece nacida para estar sobre el escenario, dejándose llevar por la música y su propia voz e invocando al público a entrar en ebullición con ella en su extraño akelarre teñido de azul. La conexión de Katie con el público está a medio camino entre la complicidad, la diversión y el reto, y su desparpajo es inevitablemente convincente: su actuación emana un tipo de electricidad difícil de ignorar, si la miras, toda distancia se acorta. Es como si su mirada, tu entrega, te agarrara por los hombros y te arrastrara a su tormenta perfecta. Hay que bailar sí o sí.

Todo esto ya lo apreciamos en su actuación en el festival hace dos años, pero en el pequeño aforo de Sidecar su proximidad es casi intoxicante. Pero quedarse solo en el magnetismo de Katie sería hacerle un flaco favor a la banda: tras la marcha de su bajista, Taylor Mulitz, Priests se convirtieron a efectos compositivos en un trío y todos sus componentes parecen haber salido reforzados de esta aventura, creciendo en implicación y soltura sobre las tablas. Las guitarras siguen siendo abrasadoras, el sonido de las baterías al servicio de ponerte a bailar, pero es increible la transformación de G.L. Jaguar, a quien ahora vemos dispuesto a cumplir con creces y un punto de descaro su papel de compañero de fechorías de Katie, pero también a reivindicar guitarra en alto que sus riffs son parte esencial de la identidad de la banda. Danielle, baterista,  salió de su habitual segundo plano, para dejar a Katie a las baquetas y ponerse ella al frente micro en mano para interpretar I’m Clean, y 68 Screen, coqueta canción que recordó mucho a las geniales Le Tigre. Bravo.

Les acompaña en las giras Alexandra Tyson al bajo, algo más estoica en sus maneras que el resto de la banda pero con mucho más brío y empaque como músico que su antecesor. Su bajo es la guinda en lo alto de este pastel tentador en el que retozan sin complejos pop, punk, new wave, indie y post-punk.

Nicki y No Big Bang subieron la temperatura entre arrebatos noise y en comparación, Texas Instruments sonó en exceso edulcorada, si bien se entiende mejor en directo.

El concierto acabó de manera explosiva, con el himno surf-punk sinuoso que es JJ, y pogo controlado en la oscura Control Freak. Y es que aunque está bien que toquen diferentes palos y exploren nuevos horizontes, sinceramente esta banda nos sigue llegando más cuanto más cabreados están.

Esperamos que vuelvan a paasar por aquí pronto, porque este pequeño milagro escénico es algo que nunca nos cansaremos de presenciar.

Mención especial merecen la banda invitada, las locales Aloha Bennets, que ofrecieron una buena descarga de garage desenfadado  con mucho groove. Una propuesta divertida y contagiosa, con letras, en ocasiones, simplemente desternillantes: si no sabéis de qué estamos hablando, escuchad la canción que dio cierre a su actuación, ¿Qué es eso? 

 

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