[Crónica + fotos] Ballad Of Tindersticks

24-02-2020 Tindersticks, Palau de la Música Catala, 21 Festival Mil·lenni.
Texto y fotos Mariano Antón.

Tindersticks siempre dieron la impresión de haber salido de una película de culto de los años 60, francesa seguramente y con Gainsbourg de protagonista, la corbata ligeramente desanudada, nicotina en los dedos, un whisky apurado con prisa y la vida discurriendo en un blanco y negro contrastado y de grano grueso; completando la escena, siempre presente, incluso en los silencios, la voz de Stuart Staples, afectada, grave e hipnótica. Para reafirmar esa impresión, nada como contar de nuevo (como mínimo tres veces según mi caprichosa memoria) con el escenario excepcional que es el Palau de la Música Catalana, en una suerte de materialización terrenal de la etiqueta pop de cámara.

Si ya en los primeros 90 el grupo inglés nadaba contracorriente, presentando en la época del grunge, el britpop y el nu metal una propuesta más tranquila y pausada, buscando apoyo en arreglos orquestales y la voz de barítono de Staples, hoy en día es una bendita anomalía que afortunadamente mantiene su producción de forma regular, bien sea en forma de álbumes propios, bien en bandas sonoras, sobretodo con la realizadora francesa Claire Denis. En esta ocasión la referencia más reciente corresponde a un LP stricto senso, No Treasure But Hope (City Slang, 2019) y como suele ser habitual, la excusa perfecta para encontrarse con unos viejos amigos. 

Con el quinteto inicial de los integrantes del grupo más el apoyo de un sexto hombre, ejecutando todos ellos de forma precisa, sutil e íntima, la mayor parte del concierto versó sobre el último disco de la banda, hasta nueve temas según mis cuentas se incluyeron en el setlist, algo que no supone en sí un gran problema porque éste es ciertamente notable y contiene algunos clásicos inmediatos como pueden ser The Amputees o For The Beauty, que cerró el concierto antes de que el grupo se viera forzado a salir ante la insistencia del respetable. Sí que es cierto que ante grupos como éste, con una historia prolongada por casi tres décadas y con un inicio tan brillante como el de sus primeros cuatro largos, siempre se plantea la duda sobre si será un concierto de presentación o bien uno de hits, y el respetable puede acudir a la cita con distintas expectativas. Para el contento de los nostálgicos, club que estoy a punto de presidir, la banda de Nottingham tocó de forma consecutiva Her (Tindersticks 1993) y Another Night In (Curtains 1997) aunque se dejó en el tintero un buen número de temas; el problema puede ser de banquillo, la falta de cuerdas y metales condiciona la puesta en escena de algunos de estos temas en directo, algo que quedó claro precisamente con Another Night In donde la substitución de la melodía encargada a los violines por una guitarra con exceso de reverb no jugó a su favor (a pesar de recoger las ovaciones más enfervorizadas de la noche), cambiando una atmósfera de intensidad creciente por una interpretación más plana. Es posible que en este apartado se echara en falta un sexto hombre más polivalente (ver Vinnie Johnson “El Microondas”).

Canciones delicadas y sensibles, que a veces remueven las entrañas desde la melancolía, interpretadas de forma sublime por unos señores que ya hace tiempo obtuvieron el grado de Maestros, a los que vamos a seguir visitando siempre que tengamos ocasión, con mayor razón si el escenario es tan especial como el Palau.

Running Wild 
The Amputees 
Second Chance Man 
How He Entered 
Medicine
Black Night (Bob Lind cover)
Trees Fall
Pinky in the Daylight 
Carousel 
Willow
See My Girls 
The Old Man’s Gait 
Tough Love 
Her 
Another 
Show Me 
For the Beauty 

Otra:
A Night So Still 
Take Care in Your Dreams 

About Mariano Antón

“Gracias por la música, misteriosa forma del tiempo.” Jorge Luis Borges. La fotografía de conciertos no es sólo la unión de mis dos pasiones, la fotografía y la música; es también la posibilidad de detener el tiempo en una nota, capturar la emoción del artista entre las sombras del escenario, transportar la atmósfera de la sala de conciertos al papel.
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