[Crónica + Fotos]TIBIDABO LIVE FESTIVAL: MOGWAI Y EL SÍNDROME DE STENDHAL

21054942590_1d8a24ed50_zEl pasado sábado tuvimos la suerte de poder disfrutar del maravilloso directo de los escoceses Mogwai en un paraje idílico como es siempre el parque de atracciones del Tibidabo de Barcelona. La conocida plaza del ajedrez fue el decorado perfecto para acoger los dos escenarios que dieron forma a la primera edición del Tibidabo Live Fest, festival mellizo del Kutxa Kultur, que nació hace años en el precioso monte Igeldo de San Sebastián y que hemos tenido la gran suerte de por fin disfrutar aquí.

La tarde empezaba con la personal propuesta de House of Wolves, dúo capitaneado por Rey Villalobos y cuya cálida intimidad dio la bienvenida a la puesta de sol con sus guitarras lo-fi y sus baterías minimalistas.

 

Entre atracción y atracción (la montaña rusa fue la gran vencedora en ese aspecto), la siguiente banda de cuyo directo pudimos disfrutar fue Belako. Los vizcaínos pueden ser jóvenes, pero tras la actividad frenética tocando en multitud de salas y prácticamente todo festival con cara y ojos, es innegable que han ganado un desparpajo de no te menees sobre las tablas. Su actuación en el Tibidabo Live Fest fue de menos a más, con oleadas de post-punk, noise y flashazos de electrónica, y les vimos pasarlo pipa ante un público gratamente sorprendido y muy metido en el concierto.

 

Así, tras la misteriosa y ecléctica actuación de Ocellot en el escenario pequeño, llegaba el momento de Mogwai. Los escoceses fueron el gran plato fuerte del festival y dieron un repaso a toda su discografía para conmemorar su vigésimo aniversario como banda. Desde el primer momento un Stuart especialmente comunicativo y los suyos hicieron las delicias de los fans que se animaron a participar en este evento único.

Para los que llevamos años viendoles en salas y festivales muy diversos, esta ocasión era la más especial de todas para disfrutar de su directo hipnótico y arrollador. Yes! I am a longway home sirvió de calentamiento para rompernos con la primera bomba emocional llamada Friend of the Night. Creo que si alguna vez he estado cerca de sentir el síndrome de Stendhal ha sido sin duda en esta ocasión, en la que las preciosas vistas se adornaban con una banda sonora perfecta. Siguieron con Summer y Tracy para llegar a su hit Hunted by a Freak. Su combinación entre preciosismo y contundencia ha hecho de esta banda única en su estilo y referente indiscutible del llamado post rock.

La montaña rusa de intensidades llamada New Paths to Helicon Pt. 1 dió paso al himno Rano Pano y su oscuridad palpitante. En este momento el concierto dió un giro más electrónico gracias a la bailable Mexican Grand Prix, en la que Luke Sutherland y su peculiar voz acompañaron a la banda como miembro eventual para el directo. Con I’m Jim Morrison, I’m Dead volvieron de nuevo a la oscuridad pero sonando espcialmente espectaculares. Teenage Exorcists fue un cambio de registro total con su particular melodía pop noventera cantada por un animado Stuart y que estaba contenida en un Ep de descartes de su último largo Rave Tapes. Precisamente de este disco, Remurdered fue la siguiente canción escogida, y que probablemente es su tema reciente más redondo en el que el tratamiento de la electrónica, la percusión y las guitarras crean un equilibrio perfecto desembocando a un efecto rave contagioso.

Las primeras notas de My Father, My King inciaron lo que sería el final del concierto, un poco corto para lo esperado, despertándonos de un sueño mágico e inolvidable. Enhorabuena a la organización por hacer posible algo realmente único.

CRÓNICA: Oscar Caselles

FOTOS: Lulu Voodoo

About Lulu Voodoo

Fotógrafa de artes escénicas y retrato. Apasionada por la música y el cine se deja llevar por las emociones más primitivas en los conciertos y realiza las fotografías y las crónicas de acuerdo con sus instintos.
Bookmark the permalink.

Comments are closed.