[FOTOS + CRÓNICA] Chris Isaak: miel vintage en Alma Festival Jardines de Pedralbes

12/07/2023, Chris Isaak, Festival ALMA Jardines de Pedralbes. Barcelona. Promotora Concert Studio. Crónica y Fotos: Rosario López.Estrenando nueva ubicación despegó esta semana todo un clásico de los veranos barceloneses, el ALMA Festival Jardines de Pedralbes. El Poble Espanyol se antojaba para los amantes de la mejor música esa noche de miércoles como el sitio en el que había que estar (y que me perdonen las decenas de miles de personas que escogieron a Harry Styles) porque quien nos visitaba era el gran trovador californiano, esa voz llena de tradición y a la vez inconfundiblemente atemporal que es Chris Isaak.

Vestido impecable como siempre saltó Chris a las tablas y la química con su banda fue instantánea desde el primer tema: es lo que tiene llevar más de cuarenta años compartiendo escenarios junto a su bajista, Rowland Salley, como éste mismo anunciaría (con la cuenta exacta de años, meses, días y horas) más adelante. Los movimientos de mástiles sincronizados entre Chris, Rowland y el guitarrista, Hershel Yatovitz, podrían parecer un mero truco escénico tratándose de otras bandas pero con este trío las sonrisas y los gestos no dejaban lugar a dudas de que no era el caso: habían venido a entretenernos pero también lo disfrutaban ellos. El público se contagió de esa chispa bien rápido y por si quedaba algún rezagado, ya se encargó Chris de bajar al público en el mismísimo tercer tema para cantar Waiting rodeado de sus fans en uno de esos momentos inolvidables para quienes lo pudimos presenciar.

 

 
Lo que siguió fue un setlist trufado de grandes éxitos. Se podría decir que también atrevido a su manera, ya que apenas dos temas después de la bajada al público ya cayó, entre gemidos de sorpresa de éste, una Wicked Game bellamente crepuscular que planeó sobre nuestras cabezas con suavidad de terciopelo. Recordemos por favor que Isaak ya tiene sesenta y siete años: ¿cómo se las apaña para seguir en tan grandísima forma vocal? El nivel no decayó en ningún momento, ya fueran temas más eléctricos o blueseros (Blue Hotel, Big Wide Wonderful World), más íntimos (Two Hearts), tocados de pie o sentado en un taburete. Cayeron también versiones muy bien escogidas: Pretty Woman y Only The Lonely, de Roy Orbison; y Cant Help Falling in Love, de Elvis. Pura miel para los oídos, tanto él como esa banda sobrada de feeling y de sonido perfectamente engrasado.  

Una gran noche de música, pero también divertida y sexy cuyo tramo final arrancó con Blue Spanish Sky y Chris ya vestido con espejos de discoteca y que alcanzó la cumbre de su “momento conquistador” con Baby Did a Bad Bad Thing, en que se invitó a un grupo de mujeres del público a salir a bailar al escenario (si bien la última fan en incorporarse, a quien se la dejó subir porque lo pidió expresamente, fue la que precisamente más lo vivió: bien por ella). Acabar con una versión de James Brown (I’ll Go Crazy) puede parecer una decisión arriesgada, pero viniendo acompañada de una de las mejores anécdotas que contó Chris en toda la noche (la de cuando conoció a Brown) y con esa manera de cantar, quién puede cuestionarla: no fue el calor lo que nos derritió del todo esa noche en la Plaza Mayor del Poble Espanyol.

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