[FOTOS] Fontaines D.C. en Barcelona: short but sweet

02/11/2019. Fontaines D.C. + Altered Hours. La [2] de Apolo, Barcelona. Promotora: Houston Party Music. Fotos y crónica: Rosario López. Desde que actuaron en el Vida Festival este verano, no se oía hablar de otra cosa. No hace ni un año que sacaron su disco pero en los últimos meses ha habido tanta gente diferente que me los ha recomendado, que al final los escuché y sucumbí, tenía que verles en directo. Y no debí ser la misma en sentir algo así, porque fueron muchos los que se quedaron fuera de la sala, con el cartel de Entradas agotadas. Los dublineses Fontaines D.C. son insultantemente jóvenes, algo gritones, discordantes e irreverentes, y después de verles en acción en una [2] de Apolo hasta la bandera, tengo que rendirme a la evidencia: lo tienen.

Fontaines D.C. son cinco amigos unidos por su amor a la poesía, y son más irlandeses que la propia Dublin City que se esconde en su nombre: y tienen ese algo, esa cosa esquiva, lo que hay que tener, aunque el micrófono de Grian les jugara una mala pasada, aunque hubiera acoples, aunque el concierto fuera corto (¿acaso se nos ha olvidado que solo tienen un breve disco a sus espaldas?). El público más tiquismiquis saldría hablando de problemas de solido, pero todo eso no fue obstáculo para que en la acogedora La [2] de Apolo nos teletransportaran en el tiempo con Sha Sha Sha o volvieran al personal loco con Too Real entre pogos y con la tríada invencible final de Liberty Belle, Boys in the Better Land y Big.

Lo tienen, con Grian caminando arriba y abajo del escenario, como nervioso ante su propio genio, toqueteándose la cara, como sin saber bien cómo empezar a cantar o expresar lo que le pasa por la cabeza, para luego acabar agachándose sobre las primeras filas, extasiadas, con ese acento tan característico y el rictus tenso. Y el resto de la banda, impávida en comparación, dejando que la música hiciera el resto.  Conor Deegan III es el mejor ejemplo de esto que comento: su bajo aporta la esencia rítmica a la banda, sin ella no serían los mismos, pero tocaba con la mirada clavada en el techo como si no hiciera falta esfuerzo alguno para sonar así.

Y a lo mejor si no estuviste allí, leído así suena raro, pero incluso con ese contraste tan grande, lo tienen. Y cuando en Big cantan que su infancia fue pequeña “but I’m gonna be big” , pues qué demonios, nos lo creemos.


 

 

 

 

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