13/05/2018, Wurlitzer Ballroom, Madrid. Promotora: Indypendientes. Crónica y fotos: Sergio Morales
Un domingo suele dar pereza moverse a un concierto, pensando en tener que madrugar al día siguiente. Pero el pasado día 13 Indypendientes nos ofrecieron una noche para el recuerdo, y mereció totalmente la pena el lunes a base de cafeína.
Comenzó la noche con Pain Rills. Su mezcla de Darkwave y Glam-pop, con una estética cercana al Dark Cabaret, fue un buen comienzo para la noche. Una pena que los Chaneques como dicen en México, les estropearan una de las pedaleras. Prometieron volver y esa noticia alegró al publico más gótico.
El post-punk/coldwave de Second Still nos hizo bailar al mismo ritmo que Suki San, su cantante, que entre sonrisas se marco unos bailes muy particulares mientras cantaba con una voz profunda que nos recordaba a la gran Siouxsie. Las bases rítmicas pregrabadas funcionaban a la perfección con las capas sónicas que sacaba de su guitarra Ryan Walker y con el bajo tan característico del post punk de Alex Hartman. Excelente actuación a la que solo se le puede poner un pero, que fuera un tanto corta, podríamos haber estado un buen rato más escuchándolos.
Pero la verdadera protagonista fue Fenne Kuppens con sus Whispering Sons. Ya desde que salieron al escenario se veía que no podía parar quieta, como un animal encerrado. Su voz grave nos transmitía la melancolía y tristeza de sus letras, mientras que sus arranques de violencia reprimida elevaban la intensidad del concierto hasta cotas inimaginables. El grueso del concierto acabo con Insight, un temazo que en directo es de lo mejor que he visto en mi vida. Tras unos minutos de la gente pidiendo más tuvimos un bis, que después de Insight ya no nos impactó tanto, pero que al menos nos dejo disfrutar un poquito más de esta increíble banda. De lo mejor que he visto en directo, y sin duda lo mejor en post-punk. Wow.
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