En una época en que parece que muchos se encuentran pensando que en lo musical, cualquier tiempo pasado fue mejor, a veces se dan grandes oportunidades para disfrutar en directo de artistas legendarios, de larga trayectoria, que demuestran que siguen conservando su mojo décadas después. Gracias al siempre exquisito ciclo Caprichos de Apolo, el pasado martes fue uno de esos días, y pudimos ver ni nada más ni nada menos a una de mujeres pioneras del rock, Ronnie Spector.
Ronnie, arropada por sus Ronettes y su banda, ofreció un gran concierto en el que entre canciones recorrió su vida, contando entrañables anécdotas varias, recordando a los artistas con los que había girado y, sobretodo demostrando con creces que su carisma y la emotividad de su voz siguen intactos. Escucharla defender con nota clásicos de gran calado como Walking in the Rain, I Can Hear Music o Be My Baby fue muy emocionante, y todavía hubo espacio para versiones muy acertadas, de entre las que destacaron Back to Black, de Amy Winehouse y Don’t Worry Baby, canción de The Beach Boys que Brian Wilson (fan confeso de Be My Baby) había compuesto en su día esperando que Ronnie Spector la cantara.
Lo dicho, una mujer del rock en mayúsculas, una superviviente que sufrió un matrimonio abusivo y que ha sabido sobreponerse a ella, luchar por su arte y seguir mirando hacia adelante con una sonrisa y el talento intacto. Y nosotros que nos sabemos afortunados de haber podido presenciar su poderío y su voz atemporal.