[CRÓNICA] La belleza en la bestia: A Perfect Circle en Brixton Academy

13-06-2017. Brixton Academy, Londres. Texto y fotos: Rosario López. Llevamos demasiados años sin ver a A Perfect Circle en Barcelona. Concretamente catorce, desde ese épico concierto que nos ofrecieron en Razzmatazz. Quizá por eso, cuando el pasado mes de noviembre la banda anunció un concierto el 13 de junio en la legendaria sala londinense Brixton Academy, como parte de su gira europea y a solo un par de semanas de su esperado paso por nuestro país, no nos lo pensamos demasiado y nos liamos la manta a la cabeza: eso había que verlo. Las entradas duraron exactamente un minuto a la venta antes de agotarse, y en seguida se anunció una segunda fecha en la misma sala, para el día siguiente, cuyas entradas corrieron la misma suerte.

Así que una vez más, nos volvemos a subir a un avión en nombre de la música y nos salió bien la jugada: a continuación nuestras impresiones de esas dos noches inolvidables en el sur de Londres para ver a una de las bandas más caras de ver en directo por Europa de las últimas décadas.

Miércoles 13 de junio, Brixton Academy, Londres. A escasos minutos de las nueve de la noche, con la sala de decoración art decó llena hasta la bandera, el panorama desde platea era atemporal: ni un móvil a la vista, ni en alto apuntando al escenario, ni en las manos de los asistentes en la pista. La estampa, insólita en 2018, era resultado de la petición de la propia banda, que habían prohibido todo tipo de fotografía y uso de los móviles durante el show. Ya sabemos que Maynard no es un gran amante de las fotos, pero la medida parece tener un trasfondo mucho más complejo. Y, sin duda alguna, nos invita a todos a la reflexión. Parte del mensaje que se transmite entre canciones en su último disco, Eat The Elephant, que denuncia algunos de los males de la sociedad moderna, es una feroz crítica a cómo estamos enganchados a esas pequeñas pantallas iluminadas y a este mundo artificialmente conectado en que vivimos. Y curiosamente el ya esperar el inicio del concierto sin el móvil en la mano, esa desconcertante regla del juego, nos ayudó a conectar de verdad, inesperadamente, con muchos de los desconocidos a quienes teníamos alrededor, y después con la música en sí, de una manera que algunos quizá ni siquiera habían experimentado antes, y  que otros tantos casi no recordábamos.

Envueltos en las delicadas notas de piano iniciales de Eat The Elephant y un misterioso juego de luces, sombras y humo, finalmente fueron saliendo al escenario uno a uno Ken Andrews, Matt McJunkins, Jeff Friedl, Billy Howerdel y, sobre un pedestal circular justo delante del logo de la banda, que se veía al fondo, Maynard James Keenan. El público literalmente vibró de excitación al verles llegar, sin pantallas de por medio, al distinguir cada gesto y cada sonrisa ante los aplausos iniciales. Los cinco se sumergieron en esa sedosa y elegante composición con la que da comienzo su último disco, y nos llevaron de la mano y sin prisa hacia su particular universo. El sonido era cristalino, punzantemente bueno, la voz de Maynard en plena forma, preñada de intención desde el primer fraseo.

Le siguió, continuando con el orden del disco, Disillusioned, que nos acabó de meter en el concierto: sonó más sentida y oscura de lo esperado, con matices que en el disco quizá no se percibían lo suficiente. El aire se aclaró algo y en seguida saltó a la vista que particularmente Billy estaba encantado de estar allí y en ese momento, como si su propia guitarra le poseyera, moviéndose arriba y abajo del escenario, mucho más de lo que acostumbraba a hacer en el pasado. Y al haber empezado con un comienzo, todo acabó de encajar en un círculo perfecto cuando la multitud reconoció las primeras notas de The Hollow. Hubo un estremecimiento general, lágrimas que ya no intentaban disimularse, y para cuando llegó el arrollador estribillo, parecía que la sala se iba a venir abajo. Se cantaba con los ojos cerrados, como si la emoción fuera demasiada para ver además de escuchar, se levantaban los brazos, intentando abarcar el sonido, se hacía headbanging: la música se nos había metido dentro, los riffs circulaban por el torrente sanguíneo, sentíamos bajo y batería sobre el pecho, éramos suyos, éramos de A Perfect Circle.

La sensibilidad de Weak and Powerless nos mantuvo en la nube, envueltos en el trabajo milimétricamente perfecto de todos y cada uno de los músicos, en el color incomparable de unas canciones que nos marcaron hace más de una década y que, lejos de perder con el paso del tiempo, han envejecido aún mejor que un buen vino. La llegada de la animada y rítmica So Long And Thanks for All The Fish me pareció a primera impresión un cierto respiro emocional; no en vano, ha sido una de las canciones nuevas que ha generado más disparidad de opiniones entre los fans, algo que Howerdel y Keenan seguramente ya presagiaban y quizá buscaban: quien escribe esto es humana y tiene sus querencias estilísticas, y este era el tema que menos me encajaba en mis expectativas de lo que es el sonido A Perfect Circle. Pero en directo me encontré tarareándola y sorprendiéndome ante la fuerza que va ganando con cada imperceptible vuelta de tuerca sónica. Hasta acabé encontrándole una cierta intención y macabra oscuridad que no había sabido verles en el disco. Pero bueno, ¿qué clase de brujería es esta?

La reacción a la siguiente pieza fue, en cambio, unánime. Distinguir cómo la intrincada guitarra que da inicio a Rose rasgaba el ambiente y experimentar automáticamente un temblor generalizado fue un todo. Jeff y Billy se miraban, desafiantes, tocando con una fiereza inusitada. Las luces tuvieron aquí su momento estelar, magnificando la sensación de que no estábamos ante una canción, sino ante una bestia, la que menciona la letra, un ser vivo más salvaje y poderoso que nosotros, que se retorcía por el escenario, amenazante y poderoso, y que nos rugía fuerte a través de la voz de Maynard antes de deshacerse en la outro más delicada posible. Tres minutos y pico de perfección artística.

Thomas sería otra poderosa mirada al catálogo más primigenio de la banda, antes de regalarnos algo diferente, la primera versión de la noche: la introspectiva (What’s so funny ’bout) peace love and understanding fue como un relajante masaje, unos minutos de tomar aire ante lo que estaba por venir. Entre láseres y luces azules llegó Blue, inesperada hasta por quienes habían ido al concierto con los deberes hechos: era la primera vez que la tocaban en esta gira, y se convirtió de inmediato en uno de los momentos más memorables. Todo en ella fue equilibrio técnico y a la vez emoción, las guitarras cristalinas, la cadencia de las baquetas de Matt creando magia con cada movimiento de muñeca, la voz de Maynard en su punto más irresistible.

En solo nueve canciones ya habíamos sentido más que en otros tantos conciertos de otras bandas, pero aún nos quedaba mucho por degustar: una versión muy libre de 3 Libras, inspirada por el remix en AMotive, Imagine de John Lennon (otra de las sorpresas de la noche), Hourglass, una rendición increiblemente metal de The Doomed… Pero de entre las interpretaciones de nuevas canciones, nos quedamos sin duda con la de Talk Talk, que sonó rabiosa y urgente, hasta el punto de recordar a lo mejor de la discografía pasada de la banda: Jeff machacándonos con una línea de bajo implacable, Billy corriendo por el escenario, como si la guitarra se le quedara corta para transmitirlo todo, y Maynard desatado, escénica y vocalmente. Pet era para muchos una de las canciones más infravaloradas de APC así que nos supo a gloria bendita que la recuperaran, incluso a través de la reinterpretación industrial y remixeada que es Counting Bodies Like Sheep to the Rythm of the War Drums. Su desarrollo retorcido e imprevisible y espíritu caótico encajaron a la perfección en un concierto con un subtexto político muy intenso, en que ya había caído momentos antes The Contrarian, inmersa en luces rojo sangre, para apuntar con el dedo a la fealdad de espíritu de Donald Trump.

Maynard presentó a toda la banda uno por uno, dedicando un comentario especial a Ken Andrews, el fundador de los legendarios Failure, que está acompañando a la banda en un discreto segundo plano escénico para sustituir a James Iha temporalmente, y que en su día compuso un tema que muchos llegarían a conocer por la versión de APC: The Nurse Who Loved Me. Con The Outsider enfilamos el tramo final del concierto entre firmes zarandeos sonoros que pareció que nos sacudieran por los hombros. Ese fue sin duda alguna el punto álgido del concierto: el rugido final de Maynard que congeló el tiempo y nos hizo preguntarnos si ese hombre es tan raro como dicen, o simplemente de otro planeta.

Si el concierto hubiera acabado ahí mismo, con la última nota de The Outsider, ya nos hubiera parecido fantástico, pero todavía oiríamos, ya en tiempo de descuento, el devenir palpitante de The Package. Maynard dedicó el concierto a la memoria de Anthony Bourdain y Chris Cornell, puño en alto, antes de acabar con la versión de Dog Eat Dog de AC/DC. Keenan desapareció, las púas y baquetas volaban entre aplausos, parecía el fin, pero aún quedaba un simple gesto, algo espontáneo que se nos quedaría grabado, Billy Howerdel, exultante, aplaudía al público y se dejó caer sobre las rodillas para dedicar una reverencia llena de veneración a su público. Ni siquiera él fue ínmune a la emoción.

Epílogo: Para los curiosos: en el concierto del día siguiente, 14 de junio, A Perfect Circle volvieron a hacerlo: volvieron a bordarlo, a emocionarnos incluso a los que teníamos tan reciente el recuerdo del primer día. En ese caso la versión escogida fue People Are People, de Depeche Mode, hizo aparición Vanishing, y sustituyeron a Blue por otro tema queridísimo por el público, The Noose. Este último fue nuestro momento favorito de esa segunda noche, una interpretación que fue como tocar el cielo con la punta de los dedos. Después de presenciar ambas noches y ver de lo que fueron capaces, apostamos lo que sea a que este milagro se da en todas y cada una de las noches de la gira, sea donde sea, toquen lo que toquen. 

 

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2 Comments

  1. Me he sentido magníficamente trasladado desde mi posición a tus inolvidables 2 horas y no quepo en mi de emoción pensando en el mio: próximo día 29 en Barcelona

    • FLASHES AND SOUNDS

      Muchas gracias por tu comentario, David 🙂 Nos alegra que hayas disfrutado con nuestra crónica. Estamos seguro de que el concierto del BE PROG será increible.

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