Se podría decir que ya está a la vuelta de la esquina el parón de actividad de conciertos que suele suponer la llegada de agosto en la ciudad condal, pero eso no fue obstáculo para que un buen número de afortunados que aún andábamos por la ciudad nos reuniéramos anoche en La 2 de Apolo para vivir una experiencia musical única. El ciclo Be My Guest, parte de los míticos Caprichos de Apolo, nos traía un tesoro llegado de la mismísima Corea del Sur: Jambinai.
Se hizo la penumbra en la sala y con el quinteto apenas intuyéndose en la oscuridad, comenzó un viaje en el que se suspendió el donde y el cuando, e incluso el calor sofocante, porque la banda nos arrastró totalmente a su particular universo. Y lo hizo desde la canción inicial, un remanso de calma pero lleno de intriga, dominado por el glockenspiel que la tímida pero risueña Kim Bomi dominaba con mano maestra. También ella se encargaría durante la mayoría de la noche de hacer magia pura con un instrumento típicamente tradicional coreano, el haegeum, sin duda uno de los principales responsables del sonido característico del grupo con su electrizante sonido de cuerda.
Increíble el silencio absoluto que se respiraba en la sala con las últimas notas del final de ese primer tema, e increíbles los contrastes que viviríamos durante toda la noche, ya que presenciamos temas durante los cuales Lee Ill-Woo igual empezaba tocando dulces líneas casi folkies con su piri como nos rugía guitarra eléctrica en mano, su cuerpo en tensión por la fuerza de la música que él mismo creaba, en arrebatos más cercanos al noise o el post-rock más rabioso.
Y es que quien escribe esto ha visto decenas de conciertos, y especialmente de géneros relacionados con lo que se podría llamar post-rock, pero después de lo de anoche puedo afirmar que nunca había visto algo como lo de Jambinai. Mucho más orgánicos y cercanos que sus colegas asiáticos Mono, les ganan la partida de calle al traernos una propuesta mucho más profunda y rica en matices, alejándose del piloto automático y recorriendo sendas menos transitadas, más arriesgadas sin duda, pero que llevan a sitios mucho más interesantes.
Es verdaderamente refrescante ver cómo introducen los sonidos de instrumentos tradicionales con siglos de historia de puro folklore en piezas más cercanas al metal moderno o el jazz avantgarde, toda una oda a la imaginación y el sentimiento. Y es que más allá del tour de force que ya nos imaginábamos que era la brillante Time of Extinction, juego seductor de cuerdas al aire en un giro maestro de tensiones ocultas, fue una delicia recibir el impacto de otras joyas como Grace Kelly (impresionante el final con Shin totalmente desatada, descalza en el suelo, tocando violentamente su geomungo), tan oscuras que casi harían palidecer a los mismísimos Neurosis. El potencial de esta joven banda es inconmensurable.
El fin de la velada parecía haber llegado con la delicada épica de Connection, que Lee Il-Woo dedicó mezclando castellano, inglés e incluso algo de catalán a todos los que habían tenido que despedirse de alguien pero seguían conectados de algún modo, y al propio público con el que sin duda habían establecido una fuerte conexión esa noche como banda. Pero al acabar y aún con la piel de gallina, la ovación de toda la sala aplaudiendo y pidiendo al unísono ¡otra, otra! surgió su efecto y la banda volvió al escenario, emocionada, con algo que más que un bis fue un regalo inesperado: un nuevo tema, que estará en su segundo trabajo, y en el que su música volvió a asemejarse a un animal salvaje: vivo, lleno de energía y ante todo, incontrolable.
Y así llegó a su fin una noche inolvidable, en la que se nos demostró hasta a los exploradores de sonidos experimentales más curtidos que no todo está hecho, que aún se puede buscar de forma natural la sorpresa, la diversión y el misterio. Un ritual común en el que se apreciaron más ojos cerrados y cabezas haciendo headbanging que móviles en alto. Será que cuando la música es lo suficientemente intensa, todo lo demás sobra.
CRÓNICA Y FOTOS: ROSARIO LÓPEZ
Esta banda ha tenido efectos inconmensurables en mí.
Ideal para viajeros espirituales sin miedo a zambullirse en bellos y oscuros senderos introspectivos.
Muy buena la nota y las fotos!
Gracias LaSole, a nosotros también nos ha marcado 🙂 Estamos felices de que los hayan confirmado para el Primavera Sound, parece que estarán tocando gratis en el Parc de la Ciutadella 😀
tuve la suerte de verlos en el sinsal en la isla de san simón y fueron sin lugar a duda el gran descubrimiento de este festival. me dejaron los pelos de punta como bien dices desde el primer tema. Inmensos!
¡Sí! Los barceloneses estamos encantados, los han confirmado para el Primavera Sound 😀
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