[RESEÑA + FOTOS] AMFest Encobert, viernes: Brutus, Haru Nemuri y Los Sara Fontán

Festival AMFEST Encobert. 13 de octubre, Sala Salamandra, L’Hospitalet de Llobregat. Promo Aloud Music. Texto: Mariano Antón. Fotos: Rosario López.

La anterior edición del AMFest ya supuso una apertura hacia nuevos estilos o propuestas que, sin estar alejados en extremo de la sonoridad del festival, representaban la exploración de caminos más allá de la ortodoxia fundacional del festival: rock instrumental, post-rock, post-metal… llámalo X. En ese sentido, la sesión del viernes por la noche en la Sala Salamandra de L’Hospitalet de Llobregat fue la más continuista con este proceso de asimilación de nuevos sonidos. Intacta la capacidad de convocatoria y la respuesta del público fiel a pesar de las vicisitudes que llevaron a cambiar el formato del festival, este Encobert propone disfrutar de la pura esencia del AMFest sin otro recorte que el número de bandas en cartel.

Abrió la noche el dúo inclasificable Los Sara Fontán, donde la experimentación se encuentra con el hedonismo y la generación de loops y sintetizadores bajo el abrigo de un violín y la seguridad siempre presente de una batería acústica. El directo de un grupo que no graba discos por principio sólo puede ser de una forma: un despliegue sin concesiones de energía sónica. No hay una idea previa que preservar ni una deuda con lo que se espera del grupo, y en ese sentido, la peculiar forma de presentarse al panorama musical es además una de las más honestas.

El segundo turno fue para la japonesa Haru Nemuri, un torbellino de géneros en sí misma. Bajo la engañosa apariencia frágil de una especie de muñeca gótica se esconde una artista que mezcla géneros sin pudor en una acelerada lección de mixología musical: J-pop, electrónica, hardcore … pasando de la dulzura a lo gutural sin apenas pestañear, para el deleite de los incondicionales presentes (en mayor número de lo que este humilde cronista habría previsto). Crowdsurfing, pogos, saltos y la propia Haru avanzando con seguridad entre sus fans enfervorecidos para encaramarse a cantar a las barras: la sala se vino abajo con ella.

 

El cierre de la noche estuvo a cargo de los belgas Brutus, con la impresionante Stefanie Mannaerts al frente de la banda, encargándose de las voces y la batería. Siempre he admirado a los bateristas-cantantes, pero en el caso de la belga, el despliegue energético es extraordinariamente generoso, dejando poco en la reserva. La antigua profesora enfila una carretera con varios carriles, cada uno más rápido que el contiguo, y estos te llevan a destinos hermanos (hardcore, post-metal) en los que las voces tridimensionales de Stefanie brillan por igual. En mi caso, prefiero los pasajes hardcore, pero reconozco que es una preferencia personal y se desenvuelven igualmente bien en todas sus facetas en un grupo que representa la propuesta más puramente AMFest de la jornada.

Tres grupos, en un formato sintético donde la música tiene el papel principal, con un lleno total que da idea del tirón del AMFest entre sus seguidores, y todo el mise-en-place marca de la casa que te reafirma en que este, independientemente del formato, es uno de los mejores festivales de rock (si no el mejor).

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