[FOTOS] Mama Pool o cómo guitarrear en el s.XXI

Mama Pool + Nepal, 05-03-2020. Sala Sidecar.

Sería el año 93 o 94, noche de Jueves que por entonces era la preferida de los universitarios, la búsqueda de refugio rápido de la humedad ambiental nos llevó a la sala Zero; nada más entrar reconocí aquello que justo había escuchado unos días antes en un programa de radio. Un tipo muy enfadado rapeaba con agresividad sobre una base que no sabía muy bien si era metal, funk o todo a la vez, y otro tipo con una guitarra sacaba del viejo instrumentos sonidos que parecían imposibles para el resto. Rage Against The Machine pasaron a ser parte de mi educación músico-emocional, como lo serían de muchos otros jóvenes de la época, y Zack De La Rocha y Tom Morello se convirtieron en iconos por razones diversas, sea compromiso político y significación en múltiples causas, sea por hacer que una guitarra no suene a sí misma y seguir dando caña a pesar de ello (no hablamos aquí de experimentos New Age y demás aberraciones).

La posibilidad de ver todos estos años después, y coincidiendo con la vuelta a los escenarios de la banda de Los Ángeles, a un grupo barcelonés cuyo sonido promete ser el de RATM sin guitarras despertó una gran curiosidad en mi interior y me impulsó a dirigir mis pasos a la sala Sidecar, otra húmeda noche de Jueves tantos años después, para comprobar cómo se articulaba la propuesta de Mama Pool. El arranque intenso con Drones and Clones fue toda una declaración de intenciones, en este sencillo incluido en su último EP Turn! (2019) sí que se puede reconocer una clara influencia de los Rage, pero el sonido de Mama Pool es más poliédrico y no se limita a ser una banda homenaje a una época pasada. Para comprender algo más sobre las múltiples caras de este sonido es preciso detenerse en la trayectoria de tu teclista y compositor Gilles Estoppey. Pianista suizo de formación clásica, a los 22 años fue a Amsterdam para formarse como músico de Jazz, pero sus gustos chocaban sin remedio con lo que sus amigos escuchaban (punk, rock) hasta que en una de esas colisiones el resultado fue de afortunado desconcierto: había descubierto a RATM y de igual forma que Morello consiguió que una guitarra no sonase a guitarra, Estoppey inició la búsqueda de un sonido guitarrero con sus teclados. Sobre las tablas de la Sidecar, armado con una Keytar e infinidad de pedales de efectos, desplegó un rugoso abanico de texturas sonoras que son el testimonio de lo fructífero de su búsqueda. Sumemos el energético despliegue de Johanna Zohler como frontwoman, capaz de suministrar rabia y contención, y una sección rítmica sólida y solvente, y tenemos una combinación perfecta, un sonido distinto para un grupo que ya está trabajando en su próximo largo.

En la previa, pudimos disfrutar de Nepal, trío rockero con instrumentos más habituales en este caso, con un buen despliegue de energía sobre el escenario y un agradable aroma a esencias de Incubus y el emocore de Sunny Day Real Estate.

About Mariano Antón

“Gracias por la música, misteriosa forma del tiempo.” Jorge Luis Borges. La fotografía de conciertos no es sólo la unión de mis dos pasiones, la fotografía y la música; es también la posibilidad de detener el tiempo en una nota, capturar la emoción del artista entre las sombras del escenario, transportar la atmósfera de la sala de conciertos al papel.
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