PROTOMARTYR + PINPILINPUSSIES. 22-06-2022. La 2 de Apolo, Barcelona. Promo Primavera Sound. Texto y fotos Mariano Antón.
Ya comentábamos en la previa la influencia que aparentemente tienen Protomartyr en la nueva hornada de bandas neo-post-punk, si se permite rizar el rizo con las etiquetas que al fin y al cabo para eso están; si queremos buscar por el otro extremo de las influencias, las que a ellos les afectan, siempre encontraremos citas a The Fall y Mark E. Smith pero a mí la métrica y la dicción de Joe Casey no dejan de recordarme a Scott McCloud de Girls Against Boys y sólo algún efluvio de Ian Curtis en temas como Night-Blooming Cereus. Nada post-punk, como entenderá el lector, lástima de no llevar dos bajos! Todo este preámbulo sirve para situar de alguna manera el sonido de la banda de Detroit y gestionar las expectativas de lo que uno se podía generar sobre lo que vería encima de las tablas del Apolo moderno. En la fiesta de la ya dos veces citada etiqueta, Protomartyr siempre se mantuvo en un rincón poco iluminado, lejos de esos riffs alegres y estribillos bailongos, un rincón algo oscuro en su forma y desde luego más que agrio en su fondo.
Última fecha de la ronda europea, con todo lo bueno y lo malo que eso puede significar en ocasiones, en este caso no pareció afectar en negativo más allá de una duración que podría haber sido algo mayor, pero ese nivel de intensidad mostrado tiene como consecuencia que independientemente de la extensión del bolo te aparece una sonrisa de satisfacción. La propuesta de Protomartyr es de las que me gusta y a menudo reivindico: banda compacta (incuida Kelley Deal, sí, la gemela de esa que tú conoces) que sabe a qué juega, si a setas o rolex, artificios los justos (es decir, ninguno) y una honestidad brutal como carta de presentación. Con estos mimbres que tan sencillos parecen de reunir pero que por alguna extraña razón tanto se evitan, cualquier banda tiene herramientas sobradas para triunfar en directo; si acompaña un cancionero como el de Protomartyr y un líder como Joe Casey, el anti-carisma paradigmático que paradójicamente hechiza a la audiencia con gestos tan sencillos como abrir una mediana tras otra, el éxito bajo los focos es una consecuencia lógica e inevitable.
Acompañaron en la previa Pinpilinpussies situando el listón de energía desplegada en una posición exigente para el que sale después, este tendría que ser el catecismo del telonero, ponerlo jodido para el grupo principal. Como comenté hace unos días, ante una propuesta minimalista al máximo (guitarra y batería) se adivina un eclecticismo de influencias muy refrescante. Las permutas a los instrumentos no restan un gramo de ritmo de concierto ni apaciguan la rabia, banda a seguir si no lo hacíais ya.