05/04/2024, VVV [trippin’ you] y XiuPill, Madrid. La Riviera. Promotora Ochoymedio. Texto y Fotos: Sergio Morales
Parece mentira que hace solo 4 años cubriamos por primera vez a VVV [Trippin’ you] en una Sala Maravillas que estaba llena, con un segundo disco aun por salir, y ahora, con su cuarto disco, Vaciador, bajo el brazo, nos emocionamos un poquito (mucho) al ver que casi llenan una Riviera.
La propuesta para el concierto traia varias novedades respecto a anteriores conciertos, la primera unas visuales que hacian uso de la pantalla de la sala y que eran distintas para cada tema (con referencias a los videojuegos o al trollface entre otros), y la otra la inclusión de Gonzalo Hoppichler a la bateria (tambien de Dharmacide), un formato que ya debutaron en Barcelona y que personalmente me parece un acierto, ya que le dió un poco más de punch a los temas.
Pero primero, y con una sala bastante vacia) pudimos disfrutar de Xiupill. La banda islandesa acaba de sacar su segundo disco, Mythology, y su propuesta es algo más machacona que la de VVV. El publico que se iba acumulando a lo largo de la actuación lo disfrutó mucho, aunque yo no terminé de entrar.
En el momento algido de su actuación destruyeron una guitarra en el escenario, con una actitud punk muy acorde a la energia de toda la noche.
El concierto de VVV comenzó con una intro drone de Salvi y Elinor, a los que se sumo Adri para arrancar la noche con Zugzwang. La ya habitual mezcla de pogos, sudor e himnos hizo presencia desde el principio, con Invierno Nuclear o Mediocres y Agresivos, tremendo temazo de un Vaciador que logicamente repasaron ampliamente.
Hubo hueco tambien para un tema nuevo , Until Forever, con Elinor a la voz. Y no podían faltar clasicos como Destrucción, Invierno Nuclear o Ataque de Pánico en la sierra.
Cerraron el concierto con Bellver y Hikutsu.
Con VVV no somos objetivos, cada concierto es un subidón de adrenalina que esta vez disfrutamos con cierta distancia aprovechando los huecos del fondo de la sala para bailar y cantar sin sufrir pogos (que uno ya se va haciendo mayor), asi que sí, volvimos satisfechos a casa, agotados y felices.
